Día a día (I)

Se quedó mirando la pantalla, con la vista perdida en ese folio virtual totalmente en blanco, sin saber qué escribir, aunque hubiese mucho que contar. De fondo sonaba la que sin duda era la canción más extraña que guardaba en el ordenador, en una de sus carpetas más recónditas, de esos archivos que solo encuentras cuando decides limpiar un poco por falta de espacio o simple aburrimiento. Sin querer pensó en ese programa de televisión al que últimamente estaba tan enganchado; no encontraba color en la voz, ni un timbre mágico, ni siquiera ese "calorcito", pero sin duda, era una canción con muchísimo sentimiento. Aparte de estar en blanco embobado mirando la pantalla, se reía solo. Maldito imbécil.

Reto número 1: Retomar el Blog

Me estoy planteando seriamente seguir con ésto, aunque cada vez me vea con menos ganas y me cueste horrores encontrar la capacidad y el tiempo para escribir mis mierdas. También me he planteado clausurarlo. Botón derecho, eliminar. Así de sencillo. Blogger pregunta: "¿Estás seguro?" - ¿Acaso dudé cuando eliminé su contenido? No. Ahí tienes la respuesta.

Pero de momento, prefiero intentarlo. Hay algo guardado en este sitio, aunque hace tiempo que se perdieran las palabras. Su esencia, imagino. Así que nada, seguiré escribiendo. Lo tomaré como otro reto. La lista empieza a engrosarse considerablemente. Suma y sigue.

Retomar el blog... ¿Por dónde empezar? Dudo mucho que la gente que me seguía continue por aquí o, en su defecto, recuerde que ésto exista. Así que podría empezar de cero. Aunque he decidido retomarlo. Extraña palabra, retomar. Para mí significa seguir recordando, no olvidar el camino pese a que sigamos adelante. Difícil.

Como introducción a esta reconstrución, por si alguien que me leyese vuelve por aquí, he de decir que mi vida ha cambiado bastante en este último año. Dejé la universidad, aunque sigo estudiando. He encontrado trabajo, del cual no tengo queja, aunque es algo inestable y no me deja más alternativa que seguir buscando algo mejor. No hay mucho en mi horizonte, pero sigo trabajando en forjar algo a largo plazo. Demasiados sueños. Eso es algo que nunca cambiará, siempre seré un soñador nato.

Tengo bastantes altibajos. Puedo ser el rey del mundo y esconder la cabeza bajo tierra casi al mismo tiempo. Volátil puede ser el adjetivo más descriptivo para mi en este momento. Sonrío y estoy triste casi al unísono, mientras me fumo un cigarrillo tras otro.

Hay muchas cosas que me hacen feliz. Pequeñas cosas que me colman de placer. La vida puede estar en esta taza de café mientras escribo, en una tarde de cachimba y conversación con el que perfectamente podría ser mi hermano, en una aventura interpretada alrededor de una mesa. O en la sonrisa de ese chico que veo cada mañana cuando monto en el tren, que me alegra durante horas, aunque él no lo sepa.

También hay momentos en los que me vence la tristeza, el sentimiento de nostalgia, la carencia de algo mejor. Escucho una canción que proviene de uno de esos animes románticos de los que antes era asiduo, de aquellas que saltan aleatoriamente en mi reproductor, y me da por recordar. Pésima elección, sobretodo si se trata de buenos momentos vividos junto a alguien que se fue para continuar su vida en la tierra que lo vio nacer. ¡Maldito Norte, que lejos estás! Aunque me temo que el error fue mío. Por echar tierra de por medio, por dejarlo marchar, por perder el contacto paulatinamente, por no saber como retomarlo y, en definitiva, por un largo etcétera de circunstancias sazonadas con una pizca de inmadurez.

Últimamente canto más que antes. He llegado a las 300 grabaciones guardadas en el ordenador. Sigo siendo nefasto, pero me ayuda bastante a mantener la calma y no gritarle a la gente todo aquello que me asusta, disgusta o entusiasma. Es mucho mejor así, un secreto desgarrado frente al micro, un ordenador por confidente. Además, me he dado cuenta de la importancia que tendrá en un futuro. Creo que será como guardar un pequeño diario. Cada fecha, un estilo. Cada canción, un sentimiento.

Voy aprendiendo poco a poco. De la vida. De las personas. Y, sobretodo, de mí mismo.

Un placer haber compartido esto.

A los que me leais, a los que compartís mi día a día y, por qué no, a los que formasteis parte de mi pasado.

Gracias.

Petición

"Sra. Muerte, si le concedo la mitad del tiempo de vida que me queda, ¿haría un trato conmigo? 
¿Me permitiría hacer borrón y cuenta nueva?"